La nueva Europa de la era global

Podríamos hablar de un antes y un después de Europa como potencia. La idea de unificar países no fue tomada como un intento de hacer fuerte y amplio (geográficamente hablando) un territorio sino más bien supuso una unificación de intereses y objetivos comunes que por sí solos los países no podían cumplir.

Hoy en día, nos encontramos con una potencia que no tiene nada que envidiarle a Estados Unidos. Ya lo veíamos con el tratado que escribió el americano Rifkin: el sueño europeo asienta una serie de bases que lo conforman como una nueva potencia adaptada a la nueva era en la que vivimos y que deja atrás los ideales obsoletos de los americanos.

Todavía el concepto de persona europea, no está muy arraigado en la sociedad pero sí, hay una concienciación de los españoles de la necesidad de pertenercer a la Unión Europea para aunar intereses comunes. Nuestros representantes europeos están realizando una gran labor: han derribado fronteras y aunado una moneda única, han hecho posible que exista un intercambio de culturas a través de los Erasmus y las ofertas de empleo para trabajar en otros países, han desarrollado un plan de ayuda para las regiones pobres de la Unión Europea, están concienciados en la protección de los animales y el medio ambiente, apuestan por la igualdad de salarios, han liberalizado las economías y las han convertido en economías de mercado, somos líderes en el desarrollo de tecnologías .... y un sinfín de planteamientos que nos llevan a definirnos como un continente en vías de gran evolución y abiertos a la cooperación con el resto de países que conforman el mundo.

Europa, ha contrubuido a que sus estados miembros prosperen económica, política y socialmente, de ahí que me sienta europea antes que española. Nuestro continente apuesta por un sueño que se está viendo cumplido pues, esta Europa joven ha sabido configurar un estado de derecho que se ha adaptado a la nueva configuración de la era global.